El elemento indispensable: visión
Tras 90 años de intensa historia empresarial, FUCHS está entrando en una nueva fase de desarrollo. El grupo está avanzando a toda marcha hacia el futuro digital y global. Dos generaciones de miembros del Consejo ejecutivo, el Dr. Manfred Fuchs y su hijo Stefan Fuchs, debaten las claves del negocio familiar, cuáles son sus raíces y los planes para guiarlo hacia el futuro.
Un aroma primaveral impregna el aire. En Mannheim, el sol brilla suavemente sobre la isla de Friesenheim entre el puerto industrial y el Rin. Las velas ondean al aire, golpeando los mástiles de los barcos y dirigiendo las miradas hacia la sede de FUCHS PETROLUB SE. La modesta empresa que se convertiría en la multinacional de hoy entró en el registro mercantil hace exactamente 90 años, el 30 de mayo de 1931. La sede principal ha estado a orillas del Rin en Mannheim desde finales de los años treinta. Fue desde aquí desde donde se dieron los muchos pasos hacia el actual grupo corporativo global, iniciados por el fundador de la empresa Rudolf Fuchs, y continuados tanto por su hijo, el Dr. Manfred Fuchs, como en la actualidad por su nieto, Stefan Fuchs. Una corporación global, sí, pero también un negocio familiar que, en esencia, aún funciona con los mismos principios que en aquellos tiempos: confianza, integridad, fiabilidad y cercanía.
Stefan Fuchs fue elegido presidente del Consejo ejecutivo en 2004, tomando el relevo de su padre, el Dr. Manfred Fuchs. En 2017, su padre también se retiró del Consejo de administración, aunque aún va cada día a la oficina familiar de FUCHS y mantiene el contacto con su hijo. Esta fresca mañana de primavera no es una excepción y ambos conversan sobre los momentos emocionantes que ha vivido la empresa durante tres generaciones y los que están por venir.
Manfred Fuchs parece bastante conmovido por estas palabras. Tiene los ojos abiertos de par en par y fijos en su hijo mientras habla. Cuando relata los primeros momentos y su propia visión de FUCHS como actor global, su pasión y sus ideas se reflejan en la vivacidad de sus gestos. Su padre, Rudolf, ya realizaba actividades en los mercados vecinos de Europa y en Oriente Medio. Al establecerse el mercado único europeo, fue posible la expansión a Europa occidental. A partir de 1990, también se hicieron adquisiciones en Estados Unidos, en la región de Asia-Pacífico y en Europa del Este. FUCHS entró en el mercado chino en 1985, un año importante para el negocio familiar, ya que también entonces salió a bolsa. Aun así, esta decisión nunca amenazó la independencia de la empresa, puesto que la familia Fuchs sigue teniendo la mayoría de las acciones y del derecho a voto aún hoy. Esta no es la única forma en la que FUCHS muestra su continuidad.
La digitalización es quizá el mejor ejemplo de esto. Las nuevas oportunidades digitales han ayudado a establecer redes internacionales dentro de la compañía, lo que ha permitido que haya comunicación entre el equipo en todo el mundo. La base de comunicación creada de esta manera también ha llevado a un diálogo permanente que en sí mismo ayuda a acelerar nuevos desarrollos. Este es uno de los fundamentos que FUCHS desarrolló para su estrategia de negocio FUCHS2025. La nueva división de los mercados también es un punto importante en este caso.
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