Las grasas lubricantes pueden definirse como productos sólidos o semifluidos resultado de la dispersión de un agente espesante en un fluido lubricante, siendo habitual el uso de componentes adicionales que les confieren propiedades especiales.
No es fácil definir las grasas como líquidos o sólidos y por ello se suelen describir como solidos plásticos con propiedades viscoelásticas. Las grasas lubricantes son elementos estructurales, especialmente si son usados como lubricantes de larga duración o para una lubricación de por vida.
Ventajas de las grasas lubricantes
Son muchas las ventajas derivadas del uso de una grasa lubricante en comparación con un aceite, pudiéndose resumir en las siguientes por su mayor relevancia en la práctica de lubricación:
- Mayor adherencia a las superficies.
- Mejor capacidad de sellado y aislamiento del medio.
- Excelente protección contra el desgaste.
- Superior lubricación frente a altas cargas y bajas velocidades.
- Superior protección contra la corrosión.
- Más amplio rango de temperaturas de operación.
- Menor migración del punto de lubricación.
No obstante, existen varias circunstancias en las cuales la grasa lubricante será una elección con mayores limitaciones técnicas que un aceite lubricante: cuando se requiere una efectiva evacuación del calor a través del lubricante, cuando se requiere una efectiva eliminación de partículas físicas contaminantes y cuando se requiere un lubricante para regímenes de velocidad muy altos, donde es necesario un lubricante dinámicamente muy ligero.
¿Qué componen las grasas lubricantes?
Las grasas incorporan en su formulación de un 65 a un 95 % en peso de aceite lubricante (mineral y/o sintético), de un 5 a un 35 % de espesante y de un 0 a un 10 % de aditivos (líquidos y/o sólidos). Aparte del porcentaje de cada uno de estos componentes, el tipo(s) elegido de cada uno de ellos será determinante en las propiedades de la grasa lubricante:
El tipo de aceite base y su viscosidad tienen una importancia fundamental en ciertas propiedades básicas de las grasas. La temperatura de trabajo, la bombeabilidad, el rendimiento frente a extremas presiones, la estabilidad al envejecimiento, la compatibilidad con elastómeros, la adhesividad, la separación del aceite y la eliminación del ruido son solo unas pocas de las características de una grasa que se ven determinadas o influenciadas directamente por el aceite base.
El agente espesante es un componente primordial para que el lubricante pase de tener el aspecto de un aceite líquido a un compuesto más o menos consistente. Su función por lo tanto es retener el aceite base en el interior de su estructura y actuar como dispensador del mismo cuando se somete la grasa a presión para lubricar los elementos en contacto. De la misma manera, el espesante tiene que actuar también como elemento de recuperación de dicho aceite cuando cesa la carga, manteniendo la consistencia con mínimas variaciones por períodos de tiempo aceptables.
La naturaleza del espesante influye notablemente, junto con la correcta elección del aceite base, en las propiedades fundamentales de grasas lubricantes, tales como resistencia al agua, protección frente a la corrosión, capacidad de sellado y resistencia a cargas y temperaturas extremas.
Los tipos de espesantes más utilizados se clasifican de la siguiente manera:
Jabón simple
- Litio
- Calcio
- Aluminio
- Sodio
- Otros
Jabón complejo
- Litio
- Calcio
- Aluminio
- Sodio
- Otros
No jabonoso
- Poliurea
- Bentonita
- Politetrafluoroetilento (PTFE)
- Gel de sílice
Los aditivos se añaden a las grasas para mejorar o aportar ciertas características que no se consiguen solamente con el aceite y el espesante. Una grasa puede contener hasta un 10 % de aditivos, de uno o varios tipos combinados, de entre los que destacan por su uso, los siguientes:
- Extrema Presión (EP)
- Antidesgaste
- Modificadores de fricción
- Protectores de la corrosión
- Antioxidantes
- Mejoradores de adhesividad
- Lubricantes sólidos
Factores a tener en cuenta para seleccionar una grasa
A la hora de seleccionar un producto lubricante es necesario conocer las exigencias mecánicas y funcionales que se le requieren así como las condiciones de operación de los equipos lubricados. Estos aspectos son fundamentales para la correcta elección de una referencia y para la definición de la cantidad de producto y períodos de relubricación.
Interpretando datos como los expuestos a continuación seremos capaces de definir las propiedades del producto a recomendar (consistencia NLGI, espesante, naturaleza sintética o mineral del aceite base, viscosidad del mismo, necesidad de lubricante sólido, capacidad de penetración de la grasa, bombeabilidad de la misma, aditivación requerida, etc.):
- Elemento a lubricar (rodamiento, cadena, cable…)
- Velocidad lineal/circular
- Carga de trabajo
- Sistema de lubricación
- Vibraciones
- Frecuencia de lubricación actual
- Rango de temperaturas de trabajo
- Condiciones ambientales (polvo, agua, entornos agresivos…)
- Posibles incompatibilidades (materiales, productos en servicio…)
No dudes en contactar con nuestro equipo para recibir asesoramiento.